15 septiembre 2008

Si alguna vez

vuelvo a proponer, secundar, apoyar o aplaudir la idea de ir al Kafka los sabados por la noche, agradeceria que mis acompañantes se encarguen de quitarme la idea de la cabeza, incluso si es necesario y llegado el caso, usando la violencia contra mi.
Nada de lo que me hagan puede ser peor que soportar la infame musica de este antro, por no hablar del paseo de ida y vuelta.

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