Finalmente tras una dura lucha entra las defensas de mi organismo y los elementos invasores, hallandome muy debilitado, tuve que recurrir a la vitamina R para poner fin a la batalla. Fueron necesarios entre 5 y 6 cubatas para decantar la balanza. Ahora tan apenas unos miseros focos de resistencia restan para la aniquilacion del enemigo bacteriano. Tuve sin embargo que sufrir los efectos secundarios del tratamiento que fueron mareos, habla dificultosa, euforia incontenible, dolores de cabeza, acidez, flatulencias y apollardamiento generalizado...
Pero valio la pena.
Y encima me llevo el premio GRUÑON!!!!
CABRONES!!!
25 diciembre 2006
Suscribirse a:
Enviar comentarios (Atom)
1 comentarios:
bah!! merecido, merecido....
Publicar un comentario